miércoles, 28 de octubre de 2009

“Internet: Nos vemos en el Ciberespacio”

Quien se anuncia en Internet y juega en la liga de la red para darse a conocer sufre las mismas preocupaciones que ocupan la mente de cualquier programador de televisión o editor de publicación.
Es decir, cómo conseguir una audiencia, como llegar a promocionar su marca, su producto o su discurso al mayor número de gente. Con un coste razonable. O lo de la manera más rentable posible, en relación con los medios humanos y técnicos empleados.

El problema es que lograrlo no es algo que pueda conseguir a cualquier precio: algo que se está olvidando, sobre todo en los medios de televisión, donde se está intentando excitar la atención del espectador con ofertas de muy baja calidad, programas basura, de cotilleos, etc.

Es decir soluciones baratas que generen sustanciosos espacios de publicidad para una audiencia que es considerada como consumidores en lugar de usuarios con derechos. Y que ha desarrollado poca capacidad de reacción frente a la "sal gruesa" con que la exacerban diariamente.
Una amenaza de la que no está libre Internet, porque en definitiva la Red forma parte también de los Mass Media. Y su evolución queda determinada igualmente por la plusvalía y la rentabilidad como lo estuvo en sus albores la radio, la prensa o la televisión, además de por la evolución tecnológica que ha ido simplificando y abaratando al ciudadano el acceso a la información.
La amenaza que puede llegar a afectar a Internet si no se practican unas reglas del juego éticas y estéticas es que se devalúe su utilidad si os emisores no velan por la calidad de los contenidos, incurriendo en el juego superfluo de las informaciones no contrastadas, prescindibles; o de usar y tirar.
Sin embargo Internet tiene en su vertiente de la comunicación interpersonal su mayor ventaja.
Es un medio vivo que favorece el contacto.
Es incontrolable, además. Un caleidoscopio tan variopinto como el universo entero. Compuesto por miles de celdillas, que nadie, ni un solo poder, ni una sola autoridad, ni tan siquiera un grupo mediático puede intentar controlar sino imponiendo una gran mordaza impensable en las sociedades democráticas de nuestros días.
Si abrimos otro debate, esta vez el de la gratuidad de la información, (porque en Internet parece regalarse todo, como si la información fluyera sin límites de manantiales inagotables), surgen otras dudas.
¡Como va a competir un portal que "regala las noticias" con una cabecera de un diario de prestigio de venta al público que forma parte de una tradición lectora y cultural de un país¡
La información de calidad no puede ser barata. Si tu pagas, exiges calidad. En la información también, lo que equivale a decir objetividad. Si está hecha por profesionales competentes y rigurosos, estos deben estar bien pagados. Un periódico de prestigio, (algunas de cuyas páginas resumidas se leen diariamente en Internet), no puede tener una redacción sólo de becarios en prácticas.
La información necesita el filtro y aquilatamiento de una redacción ALTAMENTE PROFESIONAL. Incluso para hacer linkbaiting hay que saber escribir con claridad y elegancia.
La opinión es una cosa. La información otra.
La interacción entre Internet y la prensa es posible, cuando el periódico se sirve de Internet como soporte y se nutre de su aspecto más dinámico: la interacción con su comunidad de lectores e Internautas que aportan el grano de arena de sus correos en los temas más vivos o polémicos de entre las noticias que diariamente se publican.
Una sinergia que hace del periódico algo vivo; que le permite a la prensa refrescarse diariamente con el eco de lo que podríamos llamar el “mentidero” de sus lectores; la plaza, el ágora donde se comentan las noticias en tiempo real. La red, en suma.

Internet se ha revelado como una gran herramienta al sacar el saber de las bibliotecas, de los libros de texto, de las hemerotecas, de los tratados científicos. Popularizando el acceso al dato, facilitando de forma revolucionaria la inmediatez de la búsqueda,. De la misma manera que en su momento la radio se impuso sobre los demás medios de comunicación proporcionando la noticia a los oyentes antes que los demás y en cualquier circunstancia y momento.
Internet ha “democratizado la información”.
Cualquiera a través de Internet puede acceder a datos y a una dosis de “sabiduría” que antes era solo patrimonio de profesionales o iniciados en determinada materia y su jerga.
Hoy hay un caudal de datos al alcance de cualquiera y la ventaja de saber y estar informado asiste infinitamente a más gente. Pero hay que saber buscar y filtrar en este gran cajón de sastre. Buscar y filtrar. “Filtrar y buscar bien”, es ahora casi tan importante como “saber”.
Haciendo que la capacidad de filtrar sea privilegio de los que poseen un punto de vista propio.
Las redes sociales dan la facilidad para que colectivos hasta ahora carentes de un medio de opinión e información, por el alto coste reservado solo a grupos empresariales o mediáticos que esto conllevaba, puedan emitir su opinión . Incluso si se trata de un sólo individuo.
Y hacer que “dos” sean esta vez sí; mayoría. Eso es magnífico.
Más allá del número apabullante de usuarios que componen esas comunidades; Facebook, Tuenti, Sonico, etc, se han convertido en comunidades virtuales de "AFINES", que tienen algo que ver entre sí, auque solo sea el afán de curiosear.
Y así se han construido nuevas relaciones de vecindad. Rompiendo las tradicionales barreras idiomáticas o de países.

De tal manera que se pueden hacer amigos en Pernambuco, mientras- es otra realidad pavorosa- tu vecino de enfrente sigue siendo un perfecto desconocido para tí.
La Red nos acerca desde la globalidad. Y genera una suerte de comunidad universal mientras acrecienta a la vez nuestra soledad personal, al permanecer anclados al ordenador sin contacto con el mundo real u ocuparnos siquiera del que tenemos al lado. Es la gran contradicción de este invento.

Pero no se puede concebir ya el mundo sin Internet.
Qué cosa acabe siendo Internet en el futuro es una responsabilidad de todos los Internautas que forman esta aldea global.
Como se dice en una página de un centro psiquiátrico que emplea Internet como medio pedagógico y terapéutico:
“Todo está en tí. Puedes excluir o unir, puedes capitalizar o distribuir, puedes informar o manipular o incluso delinquir. Todo depende de mi intención y de la tuya. Internet es responsabilidad de cada uno.”

En estos primeros días del mes de Octubre de 2009, directivos de compañías como Google, Amazon, eBay, Flickr, Mozilla, o Sony, remitían una carta a la máxima autoridad de la Comisión Federal de Comunicaciones de los EEUU, defendiendo la neutralidad de la Red para favorecer en el futuro inmediato, el acceso sin discriminación de los usuarios a la misma.
Seguramente lo hacen para defender sus parcelas de negocio, y que ninguna acapare más porción de pastel que las demás. Pero incluso si es así, es una buena noticia si garantiza la pluralidad como regla de juego.
”Un Internet abierto, prosigue la carta, permite competir tanto a la gran corporación como al pequeño negocio”.
La carta termina reclamando que se inicie el proceso para asegurar que las cualidades que han llevado al éxito a Internet sean protegidas.
Internet surgió como un recurso de inspiración militar y hay que ver como ha crecido y evolucionado hasta llegar a ser lo que es ahora.
El territorio de Internet se ha ido poblando en la medida en que han ido apareciendo usuarios nuevos y todos los días circulan millones ya “por sus calles”. Seguirá creciendo imparable en el futuro esta comunidad. En todo el planeta.
¿Cómo será su evolución?

Con la ayuda de las tecnologías, impregnada su razón de ser por un afán de saber y comunicar, favorecerá la apertura de toda clase de fronteras, eliminación de preceptos o limitaciones aldeanas excluyentes; si es que no lo está haciendo ya.
Considerando que el mundo está hecho de ideas y que la convivencia armónica entre ellas es el único camino posible para la convivencia de los pueblos y el progreso; Internet deberá contribuir a eso.

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